Este primero de enero, más allá de ser el inicio del año calendario, se celebra una de las festividades marianas más significativas del cristianismo: la Solemnidad de Santa María Madre de Dios. Esta fecha honra la maternidad divina de la Virgen María, un dogma que resalta su papel único en la historia de la salvación.
El Pbro. Luis Felipe Quesada, capellán mayor de la Universidad Panamericana campus Aguascalientes, explica que esta solemnidad cierra la octava de Navidad y destaca a María como la madre del Salvador. "Es la fuente de todas las gracias y privilegios otorgados a la Virgen", señala.
Una Fecha con Profundo Significado
Originalmente celebrada en octubre, esta fiesta se trasladó al 1 de enero durante una reforma litúrgica para reforzar su conexión con la Navidad. Desde entonces, se convirtió en un recordatorio de la centralidad de María en el misterio de la Encarnación y su relevancia en la vida de los creyentes.
Un Inicio de Año Bajo la Protección de María
El P. Felipe enfatiza que celebrar el Año Nuevo con la Virgen es una oportunidad para reflexionar y fortalecer nuestra fe. "Comenzar el año con la oración y el recuerdo de María nos invita a vivir más cerca de Dios, haciendo de cada año un tiempo lleno de propósito y esperanza", añade.
Esta solemnidad nos llama a reconocer la importancia de la Virgen María como modelo de fe y compromiso con el plan divino.